Los obispos de Nueva Jersey comparten una carta pastoral sobre inmigración
Hoy, al celebrar la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de las Américas, la Conferencia Católica de Nueva Jersey desea compartir la siguiente Carta de Interés Pastoral, publicada por el Obispo Timothy P. Broglio de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de los Estados Unidos, y el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), el Obispo Mark J. Seitz de la Diócesis de El Paso y Presidente del Comité de Migración de la USCCB, y el Obispo Jaime Soto de la Diócesis de Sacramento, Presidente de la Junta Directiva de la Red Católica de Inmigración Legal, Inc.
Queridos hermanos y hermanas:
Impulsados por el Evangelio de Jesucristo y reconociendo la dignidad inherente de cada individuo como hijo de Dios, nos solidarizamos firmemente con nuestros hermanos y hermanas inmigrantes que viven y trabajan en estos Estados Unidos.
Desde la fundación de nuestra nación, los inmigrantes han sido esenciales para el crecimiento y la prosperidad de esta sociedad. Llegan a nuestras costas como extraños, atraídos por las promesas que ofrece esta tierra y se convierten en estadounidenses. Continúan brindando seguridad alimentaria, servicios de salud y muchas otras habilidades esenciales que apoyan a nuestra próspera nación.
Nuestro país merece un sistema de inmigración que ofrezca caminos justos y generosos hacia la ciudadanía para los inmigrantes que viven y trabajan durante muchos años dentro de nuestras fronteras.
Necesitamos un sistema que brinde alivio permanente para los inmigrantes que llegan en la infancia, que ayude a mantener a familias juntas y que dé la bienvenida a refugiados.
Esperamos que nuestro país pueda desarrollar un sistema de asilo eficaz para aquellos que huyen de la persecución, y un sistema de inmigración que mantenga nuestras fronteras seguras y protegidas, con políticas de aplicación de la ley que se enfoquen en quienes presentan riesgos y peligros a la sociedad, particularmente esfuerzos para disminuir actividad pandillera, frenar el flujo de las drogas y eliminar la trata de personas.
Los EE. UU. debe tener un sistema de inmigración que protege a los migrantes vulnerables y sus familias, muchos de los cuales ya han sido víctimas de delincuentes. Juntos, debemos hablar en nombre de las “masas apiñadas que quieren respirar en libertad’” y pedir que nuestro gobierno brinde un trato justo y humano a nuestros queridos hermanos y hermanas inmigrantes. Es nuestra esperanza y nuestra oración que todos podamos trabajar juntos para apoyar una reforma significativa a nuestro sistema de inmigración actual.