Vídeo: Mensaje de Pascua del Cardenal Joseph W. Tobin, C.Ss.R. 2025
Mis queridas hermanas y hermanos en Cristo,
Al acercarnos al Domingo de Pascua, nos preparamos para escuchar una vez más el asombroso relato de la resurrección de Jesús: una historia llena de maravilla, asombro y la transformación del miedo en fe.
Imaginen a los discípulos llegando al sepulcro vacío, con el corazón cargado de dolor. No esperaban lo que encontraron. Su tristeza se transformó en asombro y luego en una alegría indescriptible. En ese momento, el mundo cambió para siempre. Lo que parecía imposible se hizo realidad: ¡Cristo ha resucitado! ¡En verdad ha resucitado!
La Pascua nos recuerda que, incluso ante la incertidumbre, el miedo y el sufrimiento, el amor de Dios está presente y prevalece. La resurrección no es una solo acontecimiento del pasado; es el fundamento de nuestra fe, moldeando la manera en que vivimos hoy. Nos dice que la desesperanza nunca es el final de la historia y que la esperanza siempre tiene la última palabra.
Al igual que la Navidad, la Pascua celebra el amor ilimitado de Dios. Mientras la Navidad revela el don del nacimiento de Cristo, la Pascua proclama el triunfo de la vida sobre el pecado y la muerte. Nos asegura que nunca estamos solos, porque Cristo está vivo y camina con nosotros cada día.
La alegría que impregna los cincuenta días del tiempo pascual comienza en la Vigilia Pascual, cuando la Iglesia dispensa los misterios dadores de vida de los sacramentos de iniciación: bautismo, confirmación y la Sagrada Eucaristía. Damos gracias a Dios porque, en nuestra Arquidiócesis este año, alrededor de 1,300 personas serán recibidas a través de estos sacramentos y de la profesión de fe que salva.
Al reunirnos para celebrar este tiempo sagrado, que el amor asombroso de Cristo llene (de) nuestros corazones con la alegría de la resurrección. Mantengámonos firmes en la promesa de que, en Cristo, todas las cosas son hechas nuevas.
Que esta Pascua traiga una fe renovada, una esperanza constante y un amor sin fin para ustedes y sus seres queridos.
Bendiciones y paz para todos, y felices Pascuas.